Nadie tiene suficiente experiencia cuando comienza a hacer algo nuevo. Y esta ley aplica también a los profesionales freelance.
Es evidente que cuando cuando iniciamos nuestra actividad freelance no partimos de cero: contamos con una cierta formación, y es muy posible que ya estemos realizado algún trabajo parecido como asalariados. Pero hacerse freelance implica muchas otras cosas que al principio no conocemos.
La pregunta es: ¿cómo se empieza a hacer algo para lo que no tenemos suficiente experiencia?
En Freelancefolder nos dan 4 consejos fundamentales.
1.Responde a las preguntas clave
Antes de lanzarte, hay una serie de preguntas que pueden ayudarte a tomar la decisión adecuada:
¿Por qué quieres ser freelance?
Hay bastantes respuestas posibles:
-porque odio mi trabajo actual
-porque quiero tener los horarios que me dé la gana
-porque estoy harto/a de perder una hora y media todos los días yendo y viniendo a la oficina
-porque quiero tener el control sobre lo que hago, etc.
Todas son comprensibles, y todas pueden animarte a hacerte freelance. Pero puede que no resulten una motivación suficiente si las cosas se ponen complicadas (y seguramente se pondrán complicadas en algún momento, cuando los clientes escaseen, o cuando estés abrumado por el trabajo).
Por eso, la respuesta ideal se parecería a la siguiente:
-Porque quiero ganarme la vida haciendo lo que más me gusta, y ser freelance me permite hacerlo a mi manera
¿Qué esperas conseguir haciéndote freelance?
Si tus metas son hacerte rico, trabajar mucho menos y dejar de tratar con los clientes, puede que hacerte freelance no sea la mejor opción. Si, en cambio, tus objetivos incluyen mayor independencia, satisfacción personal, etc., entonces estás en el camino adecuado.
¿Cuál es tu plan B en caso de que tu trabajo como freelance fracase?
Esta pregunta tiene “truco”, porque, muchas veces, el solo hecho de tener un plan b implica que en algún momento vas a utilizarlo; es decir, que cuando las cosas se pongan complicadas como freelance, tirarás la toalla y te dedicarás a otra cosa…
Por otra parte, tampoco tiene sentido lanzarse al vacío sin red, y es importante que cuentes al menos con unos fondos de emergencia para sobrevivir cuando las cosas se pongan complicadas.
En cualquier caso, es importante que te plantees esta pregunta, para descubrir cuál es tu actitud, y hasta dónde llega tu capacidad de resistencia.
2. Inspecciona el terreno
Una vez que las respuestas han sido satisfactorias, llega el momento de inspeccionar el terreno en el que te vas a mover. Quizás lo más importante de todo es que analices la competencia existente en el campo de actividad al que te vas a dedicar. No pienses en el resto de profesionales como “enemigos”, sino como compañeros dentro de una comunidad en la que os repartiréis el trabajo, y en la que los unos podréis aprender de los otros.
Como “principiante” es evidente que podrás aprender muchísimas cosas del resto de profesionales, más experimentados que tú. Aprende de su forma de trabajar y de promocionarse, de su metodología, su sistema para fijar precios, etc. Aprende también de sus errores. Este análisis te ayudará a saber si “hay hueco” en el mercado, y te dará una buena idea del trabajo que te espera.
3. Ponte a prueba antes de lanzarte
Por muchos motivos es conveniente que, antes de lanzarte a la piscina, te pongas a prueba durante una temporada. La mayor parte de los profesionales empieza compaginando su actividad freelance con su trabajo asalariado. Eso implica realizar un esfuerzo extra, puesto que debes realizar los proyectos freelance en los “huecos libres”, es decir, normalmente durante la tarde-noche, y los fines de semana.
Pero aunque el esfuerzo es duro, merece la pena: te permite aprender y ganar experiencia; puedes ir construyendo una red de clientes; y además cuentas con el respaldo económico de tu trabajo habitual, de forma que eres inmune a las situaciones de sequía. Se trata de la mejor manera para comprobar, de primera mano, si el camino freelance es tu camino.
4. Ahora sí, lánzate
Una vez que estás seguro de que quieres ser freelance, y que conoces el mercado y has conseguido la experiencia suficiente, llega el momento de dar el salto. Abandonar un trabajo como asalariado para lanzarse de lleno a la actividad freelance no resulta sencillo. Siempre hay dudas, y los riesgos son evidentes. Pero el éxito es siempre de los valientes. Piensa que, incluso si las cosas no van bien, habrás acumulado una experiencia valiosísima. Y algo más: si no pruebas, es posible que te arrepientas durante el resto de tu carrera.
Puedes consultar el artículo How to start freelancing with no experience, publicado en Freelancefolder por Brian.